«SU LUZ SIGUE ENCENDIDA».

Dr. Felipe Guerrero

Cuando muere una educadora como la Profesora DUILIA GOVEA DE CARPIO, el corazón de los venezolanos  se encoje de dolor y de amargura, porque la Patria pierde a una de sus mejores maestras.

Fuimos sus discípulos en la Cátedra de Geografía e integramos en 1969 con muchos de sus alumnos,  la Promoción «Alexander Von Humboldt», de la cual ella fue  seleccionada como Madrina.La Profesora DUILIA GOVEA DE CARPIO, entregó su vida a la mejor de las causas, a la  noble tarea de enseñar.

Siempre colocó al servicio de la nación su vocación, su talento y su gran cultura. Fue una Maestra  de verdad. El Instituto Pedagógico Nacional y la Universidad Pedagógica Experimental Libertador contaron con sus invalorables servicios y en todos los ambientes fue un guía espiritual para las nuevas generaciones de venezolanos.

La figura de la  Profesora DUILIA GOVEA DE CARPIO  estará siempre presente en los cuadros de las educadoras  más calificadas de de la Patria a la cual entregó todo su saber y su talento con el sello maravilloso de la honradez.

Formó parte de la comunidad del Instituto Pedagógico de Caracas, la querida institución que soportó  todas las impetuosas arremetidas y los más duros embates de la anterior dictadura militar. Ella formó parte de esa democrática generación que proclamaba ante sus discípulos: «Sepan que en algún momento todo esto pasará, que la Universidad venezolana se levantará, renacerá de sus cenizas, y para entonces ya habremos aprendido la ingente lección de cuidar la democracia porque, como hemos visto, es muy frágil y presa segura de falsos líderes. Mientras tanto, y como lo recomendó el gran escritor Ernesto Sábato: resistamos sin bajar la guardia, sin dejar de ser exigentes a pesar de que todo esté trastocado y destruido, de que por doquier solo veamos decrepitud y escuchemos el atronador ruido del silencio… Una nueva universidad merodea y está a la vuelta de la esquina…».

Y luego de una larga y constante lucha, con la Profesora DUILIA GOVEA DE CARPIO y con el millón de soñadores, de las raíces del Instituto Pedagógico de Caracas, vimos nacer la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Ella fue la Primera Jefa del Departamento de Ciencias de La Tierra del Pedagógico, formó parte del Consejo Rectoral Fundador de esta Casa de Estudios en el lapso 1983-1988, fue Vice-Rectora de Docencia  y con gran acierto actuó como Rectora de la UPEL durante el período 1988-1992, para luego pasar a dirigir la Fundación de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (FUNDAUPEL).

Fuimos sus discípulos y hoy nos sentimos orgullosos de nuestra maestra. Participamos de sus lecciones cuando su voz, enérgica  mostraba la realidad de nuestro país. Entonces, con una penetración definitiva, nos mostraba a sus alumnos nuestras debilidades y señalaba el camino que debe seguir el hombre Venezolano para conseguir una patria sin odios, sin miseria y sin rencor. Deseaba que los niños no tuviesen temor de recoger el rocío para formar las primeras palabras del alfabeto. Nosotros estuvimos presentes cuando su voz,  amarraba la luz de la aurora y dibujaba, con singular maestría el mapa de unidad latinoamericana. Nosotros vimos y comprendimos su generosidad. Jamás negó su ayuda y su apoyo para clarificar dudas. A pesar de las dificultades y de las carencias, era la maestra que enseñaba el bien, la bondad y la honradez. Junto a las explicaciones de paralelos y meridianos sobre el mapa, nos enseñó que era necesario dividir el pan para que las personas conocieran  la solidaridad y no renuncie a la democracia y a la práctica de la tolerancia.

Sus clases era un laboratorio para encontrar la verdad y definir los elementos que deberán formar la estructura del hombre venezolano.

En cada una de sus clases, la Profesora DUILIA GOVEA DE CARPIO logró sembrar  el porvenir de una patria que vencerá todos sus infortunios para que el venezolano sea señor de su destino y dueño de su grandeza.Las maestras son como una vela que de tanto alumbrar se apagan. En esta hora podemos afirmar que con la partida de la maestra DUILIA GOVEA DE CARPIO: «La vela se apagó, pero la luz sigue encendida».

Hoy sus alumnos decimos que   «SU LUZ SIGUE ENCENDIDA».

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