Organizado y coordinado por la  Junta Directiva de la Academia de Medicina del Táchira y la Sociedad Medica del Centro Clínico «San Cristóbal» se realizó en el Auditorio de esta prestigiosa institución,  un cálido encuentro de acercamiento  al  pasado, la memoria y el olvido que magistralmente condujo el Doctor Rolando Anselmi  en una brillante exposición titulada «LA TRAICIÓN HECHA ARTE»

La iniciativa contó con la calificada presencia de una valiosa representación de la sociedad tachirense interesada en conocer la producción de  Miguel Escalante, un joven artista nacido en La Grita que tal como lo señala Paul Cezane no se dedicó a «Pintar la vida, sino que se dedicó a hacer viva la pintura»
Con gran destreza, el expositor acercó a los asistentes a la extraordinaria existencia de  Miguel Escalante e hizo suyas las palabras de Joan Miró quien en momento solemne de su vida afirmó: «Entiendo que un artista es alguien que, entre el silencio de los demás, utiliza su voz para decir algo, y que tiene la obligación que esto no sea algo inútil sino algo que dé un servicio a los hombres».

La reflexión del Doctor Rolando Anselmi  fue una brillante  clase de Micro historia porque estamos convencidos que contrariamente a la creencia popular, saber historia no significa acumular la memorización de hechos, conceptos o fechas. Esa enseñanza de la historia que solo registra dolorosas guerras o bárbaras batallas, olvidando la creación humana y positiva de los seres humanos.  La comprensión de la historia está relacionada con unos complejos procesos de pensamiento histórico. Todo pasa por plantearse preguntas y  buscar respuestas en las evidencias que nos llegan del pasado.

Con «LA TRAICIÓN HECHA ARTE» fue posible hacer un acercamiento a esa Micro historia en donde se refleja la vida de una pequeña población como La Grita y de una amplia comunidad como Bogotá,  para estudiar y comprender mejor a las personas  junto a los  complejos procesos humanos.

Fue un re-encuentro para conseguir la re-significación de la historia como una manifestación concreta de experiencias y significados –y sus significantes- que permite  construir una identidad basada en la micro-historia fundada en los relatos  y en las creaciones artísticas de los seres humanos.

En su obra El Pasado, la Memoria y el Olvido, Paolo Rossi, asegura que «Los estudios de la realidad local y su historicidad buscan rescatar la memoria del sitio, del lugar, de la comarca, de la aldea, totalmente desvalorizada desde la construcción de la Historia Nacional. Los discursos científicos sobre el pasado tuvieron una influencia decisiva en la conformación de una identidad universal. Pero a diferencia de la historia, la memoria hace referencia a la capacidad de recuperar algo que en un tiempo se poseía y que se ha olvidado».

El mismo pensador dirá que «La historia explica a partir de esquemas conceptuales, universalizantes y objetivos, en cambio la memoria, para la micro historia, implica una participación emotiva en el pasado. La memoria se permite el abandono de las cronologías oficiales  para asomarse al mundo de historias olvidadas entre las que es posible reconocerse. Se busca rescatar «Esas historia locales que fueron sumergidas y derrotadas en el momento del triunfo de la historia y en detrimento de la memoria».

Francisco de Goya, el artista plástico español del siglo XVIII, cuya vida la dedicó principalmente a la pintura al óleo, dijo que «En el acto de pintar,  un corazón le cuenta a otro corazón, donde halló su salvación». Es posible que Miguel Escalante, el joven artista nacido en La Grita,  al culminar su obra y develar sus pinturas, haya mostrado el diálogo de un corazón con otro corazón que convirtió ese acto en un  trágico suceso. El rojo de la sangre del pintor empapó todos los espacios y penetró los recovecos de las fibras de los lienzos. Los dedos se extendieron con una poderosa y desesperada presión porque querían aprisionar la imagen antes que la belleza se desvaneciera.Agradecemos a la Academia de Medicina del Táchira, a la Sociedad Médica del Centro Clínico «San Cristóbal» y al Doctor Rolando Anselmi por permitir esta bella y clarificadora cita con «LA TRAICIÓN HECHA ARTE»