LA BIENAVENTURADA ISABEL CLARA

Dr. Felipe Guerrero

Bienaventuradas las mujeres que predican con su testimonio de vida. En el querido «HOGAR DE APROFEP», el buen Dios me regaló la posibilidad de conocer la huella de una «Bienaventurada». Una mujer que nació en Galicia vino a servir a Venezuela y retornó a la tierra de sus orígenes.

Nos dice Gioconda Belli que «Uno no escoge el país donde nace; pero ama el país donde ha nacido. Uno no escoge el tiempo para venir al mundo; pero debe dejar huella de su tiempo. Nadie puede evadir su responsabilidad. Nadie puede taparse los ojos, los oídos y enmudecer».

En su peregrinaje terrenal, ISABEL CLARA VÁZQUES BUJÁN como cristiana nunca ha evitado, ni ha esquivado sus responsabilidades. En todas sus actuaciones siempre nos ha dado  testimonio de su responsabilidad  y  compromiso, en el cumplimiento de sus  deberes.

En definitiva, es una persona comprometida y consciente que exhibe  permanentemente el cumplimiento de sus deberes, asumiendo las consecuencias de sus acciones. ISABEL CLARA VÁZQUES BUJÁN siempre nos ha dictado cátedra de responsabilidad como la habilidad para responder ante lo que sucede y asumir las consecuencias de sus  decisiones y acciones aun cuando esas actuaciones pudiesen crear situaciones de incomprensión.

Bien sabe ISABEL CLARA que Jesús nos explicó con claridad lo que cuesta ser uno de sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. Todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará» (Lucas 9, 23-24).

Extraordinarias lecciones en el «HOGAR DE APROFEP» porque básicamente, el verdadero sacrificio del compromiso con Cristo es la negación total de uno mismo, la carga de la cruz y el seguimiento a Él. Estos mandatos nos muestran el sacrificio, la abnegación y el servicio.

Allá en el «HOGAR DE APROFEP» junto a ISABEL CLARA la poetisa nos dirá:  «Nadie puede taparse los ojos, los oídos, enmudecer y cortarse las manos.

Todos tenemos un deber de amor que cumplir, una historia que nacer, una meta que alcanzar.

No escogimos el momento para venir al mundo: Ahora podemos hacer el mundo
en que nacerá y crecerá la semilla que trajimos con nosotros».

Al conocer que  en esta hora ISABEL CLARA está dando nuevas lecciones de fortaleza y esperanza, recordé muchas de sus exigencias que nos transmitió a  los «Muchachos» de entonces. Gracias a esas aleccionadoras advertencias, la incubación y germinación de sus enseñanzas,  hizo de los «RESIDENTES DE APROFEP»  el orgullo de aquella generación.  

Este es un momento para el recuerdo agradecido, como lo expresa la Canción de las Simples Cosas, porque hay letras tan directas que se parecen a la conversación con un amigo o al consejo de un hermano. Hay canciones que escapan de una partitura para dibujarnos las notas desde dentro, desde el alma.

«Uno se despide insensiblemente de pequeñas cosas… Esas cosas simples que quedan doliendo en el corazón… Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida…
Que el amor es simple y a las cosas simples las devora el tiempo… Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida…»

Hoy volvemos al «HOGAR DE APROFEP», ese viejo sitio donde aprendimos a amar la vida, para reencontrarnos con JENARO AGUIRRE y con ISABEL CLARA.

El maestro AGUIRRE retornó a la casa del Padre para seguir dictando clases en las escuelas del cielo. Por su parte, ISABEL CLARA, luego de una extensa y generosa vida de servicio en Venezuela, retornó a Galicia. Como buena hija fue a acompañar, ayudar y apoyar a su señora, como respuesta  ante las dolencias físicas de su progenitora.

En esta hora ISABEL CLARA nos dicta cátedra de fortaleza y de esperanza desde Galicia,  esa tierra mágica repleta de recónditos faros, islas de arena fina y acantilados escarpados, que hacen de este espacio un verdadero paraíso.

ISABEL CLARA nos sigue acompañando en este peregrinaje terrenal. Podemos afirmar que ella es una Bienaventurada porque como nos lo dijo la poetisa:

Bienaventuradas las que ven estrellas en la luz de las farolas.

Bienaventuradas las que viven inocentes su pobreza.

Bienaventuradas las que se ríen ante las incomprensiones que reciben.

Bienaventuradas las que creen que lo imposible puede hacerse realidad.

Bienaventuradas las que reconocen a los otros como personas con dignidad.

Bienaventuradas los que ven la luna al alcance de sus manos.

Bienaventuradas las que buscan provocar una sonrisa.

Bienaventuradas las que no tienen maldad.

Damos Gracias a Dios por habernos permitido compartir con LA BIENAVENTURADA ISABEL CLARA.

Damos Gracias a Dios por habernos permitido compartir con LA BIENAVENTURADA ISABEL CLARA.

1 Comments

  1. Elvia Mercedes Garcia

    Gracias hermano Felipe, excelente y bien merecido reconocimiento para Isabel Clara a quien siempre recordaré por su paciencia y amabilidad.

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