Entre los ricos regalos que los Reyes Magos de Oriente le llevaron al recién nacido a la pesebrera de Belén para venerarlo, no se encuentran los libros. Apenas hay oro, incienso y mirra, como reza la tradición. Por eso me adelanté  y le pedí al Niño Jesús que me regalará un libro en la estación de las celebraciones navideñas.

En estos días de final de año, cuando los villancicos inundan todos los ambientes se realizó en la sede de la Academia Nacional de Medicina en Caracas, la presentación pública del libro «VIVENCIAS CON MI PADRE» una obra testimonial del Doctor Francisco Romero Ferrero en homenaje al eminente médico Doctor Francisco Romero Lobo.

Aproveché estas festividades en las cuales se celebra el nacimiento de Jesucristo para escudriñar el extraordinario dibujo que hace el hijo médico de su padre médico. El Doctor Francisco Romero Lobo «siempre estará presente en la música del agua de esta tierra, en los colores de nuestras flores parameras, en la savia profunda del alma andina, en el amor sin lágrimas de los hombres de la montaña…»

La obra «VIVENCIAS CON MI PADRE» nos permitió vivir la hermosa experiencia que transmite San Agustín al afirmar que: «Cuando rezamos hablamos con Dios, pero cuando leemos es Dios quien habla con nosotros».

Todo el libro es una conversación de las múltiples vivencias compartidas entre padre e  hijo y como todo buen coloquio es un arte. Un «Arte Educado» como afirma el maestro del micro relato Augusto Monterroso. Al abrir este libro y escudriñar cada una de sus páginas, vamos construyendo algo más que un diálogo, pues se convierte en una íntima charla entre amigos. Es que sólo los amigos, los auténticos amigos, nos abren sus almas sin recelo, comparten la aventura de escuchar y ser escuchados, domestican al silencio con palabras, las mismas que nos conectan con lo terrestre y con lo definitivo, porque «es una aventura hacia lo absoluto». La  obra «VIVENCIAS CON MI PADRE» nos invita a transitar variados caminos que nos  llevan a recorrer los senderos del humanismo en esa gran aventura que es la educación familiar.

La obra nos permite transitar por la querida y lejana Venezuela, que despierta en el lector esa nostalgia y gratitud a Dios por habernos brindado la oportunidad de conocer a un  hombre que con gran dedicación construyó la familia Romero Ferrero y con similar afán, empeño y esmero contribuyó a la creación y cimentación de la sociedad venezolana. Ese caballero andante que nos dictó lecciones de esperanza, honestidad y generosidad para salvarnos de las fauces de la tristeza y el escepticismo. Fueron miles las veces que de sus labios oí los versos del humanismo cristiano, que viviendo en su corazón volaron hasta los muchachos de mi generación.

La lectura de la  obra «VIVENCIAS CON MI PADRE» me llevó a encontrarle pleno sentido a la expresión de Jorge Luis Borges. Esta figura clave de la literatura nos dijo que «De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo… Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria».

En cada una de las páginas de este libro se levanta la figura del Doctor Francisco Romero Lobo para mostrarle a sus hijos el credo de las Bienaventuranzas. A todos nos enseña esas eternas lecciones, a los hijos de la sangre y a los hijos del afecto que fuimos adoptados bajo el mismo manto espiritual  y que nos sigue cubriendo  con el palio del amor.

Al final en  la  obra «VIVENCIAS CON MI PADRE», el Doctor Francisco Romero Lobo hace suyas las recomendaciones del bardo Cumanés para decirle a su hijo:

« Quiero que me cultives, hijo mío, /  en tu modo de estar con el Recuerdo, / no para recordar lo que yo hice, / sino para ir haciendo. / Que las cosas que hagas lleven todas / tu estampa, tu manera y tu momento.
Tú eres el hombre, hijo, de la hora esperada, / pero si has de creerme, la bondad es lo cierto,/ y para poseerla, precisa ser valientes; / la bondad es lo dulce del valor y el respeto.
¡Ay, la Patria y sus niños! mientras hablo, hijo mío, / quiero besar a un niño de mi pueblo, / con el sol de mi tierra entre sus ojos / y el amor de mi madre entre mi beso».

En esta navidad, la obra «VIVENCIAS CON MI PADRE», fue un regalo vivo. Nos dibuja una vida extraordinaria, pero al fin y al cabo  ¿Qué es la vida?. La vida es el libro que escribimos cada día.

Doy Gracias a Dios por permitirme disfrutar de este  «REGALO  DE  NAVIDAD»