JOSÉ RAFAEL… No te podías ir otro día. Solo podía ser en este día inicial del mes de Septiembre cuando se inicia en el sur la Primavera.

JOSÉ RAFAEL… Partiste a la patria de la eterna primavera en esta estación verde de la vida renovada, en donde todo está adornado con la belleza de todo lo que se inicia y el mensaje de un nuevo despertar.

JOSÉ RAFAEL… Te marchaste cuando con la llegada de la estación verde de la primavera se  empiezan a escuchar todas las llamadas que profieren los millones de pájaros portadores de mensajes de esperanza.   

Tus amigos que son tus hermanos, somos afortunados porque somos  testigos de un misterio que se repite cada nuevo ciclo, ofreciéndonos todo su precioso significado.

Los artistas del Renacimiento, que tan bien supieron captar ciertos misterios atemporales, encontraron en la primavera la gran metáfora del origen del mundo y de la vida, no solamente manifestada en el esplendor de la naturaleza en flor, animada por el céfiro benigno y templado, sino también, el despertar cíclico del universo y del alma humana, respondiendo a la llamada de la sabiduría espiritual.

En este tiempo hay un despertar de la naturaleza, que agita todos los torbellinos internos de energía creadora, extiende al alma su invitación a la resurrección que sigue a la muerte y al renacimiento que viene tras el desgaste.

Por eso para celebrar su resurrección JOSÉ RAFAEL escogió esta hermosa estación verde como el tiempo propicio para regresar a la casa del padre.

Hoy JOSÉ RAFAEL cerró los ojos a este desierto por el cual transita la patria que tanto amó para entrar a recorrer con la luz de la trascendencia los campos floridos de la primavera celestial. Con JOSÉ RAFAEL COLMENARES anduvimos juntos por el camino de la acción porque en las horas iniciales del tránsito democrático venezolano hicimos de la lucha por la libertad un compromiso para toda la vida. Juntos iniciamos la hermosa experiencia de luchar por una educación liberadora, en ese esfuerzo enfrentamos múltiples peligros, juntos asumimos la responsabilidad de dar cumplimiento a nuestras promesas, juntos festejamos algunas victorias y juntos saboreamos también el duro pan de la derrota.

En todo momento JOSÉ RAFAEL COLMENARES dio ejemplo de honestidad, de sinceridad y de eficiencia. En las hermosas jornadas que libramos desde el Movimiento Magisterial Social Cristiano dio el mejor testimonio de un  hombre cabal. U n ejemplo prístino de lo que debe ser un político, hecho no para ambicionar y medrar sino para servir guiado por un hermoso ideal.

En un momento solemne de nuestras vidas, una compañera de ideal nos dijo «Seremos Luz» y nunca como hoy esa expresión dibuja perfectamente a un maestro como JOSÉ RAFAEL COLMENARES. Siempre fue Luz… Él era fulgor presente, alegría viva, generosidad plena. Cientos de alumnos y de compañeros educadores  pueden dar fe de cómo se desvivía por las otras personas. Siempre regalaba una sonrisa, una voz de  ánimo, una compañía, una mano en el hombro, una pregunta humana.

Hoy el día inicial de Septiembre, el mes de la primavera,  me desperté con la amarga noticia de que JOSÉ RAFAEL COLMENARES había partido al cielo y su muerte había sido como su vida: silenciosa y en discreta mansedumbre, como las flores de la primavera.

Ahora, nuestro hermano saborea las múltiples tonalidades de las flores de la primavera en los jardines del cielo.

Ahora, JOSÉ RAFAEL  saborea su resurrección. Vive la plena resurrección de un  maestro. Ahora ya es luz, porque nunca alguien que habla desde el corazón fue tan  humilde, como JOSÉ RAFAEL. Antes de volar al cielo ya era Luz. Siempre fue Luz. Él era fulgor presente, alegría viva, generosidad plena. Cientos de personas que fueron sus alumnos  pueden dar fe de cómo se desvivía por cada una de ellos.

JOSÉ RAFAEL YA VIVE SU PRIMAVERA