LA FIESTA DE LA LEALTAD

Dr. Felipe Guerrero

Con desbordante alegría compartimos la celebración de la lealtad. Abrimos el cofre de la gratitud donde conservamos el imborrable recuerdo de hace medio siglo, cuando nuestro hermano JOSÉ LAUREANO BALLESTEROS recibió su Ordenación Sacerdotal.

Padre José Laureano Ballesteros

En esta convocatoria de la gratitud, podemos afirmar que el sacerdote JOSÉ LAUREANO BALLESTEROS, es uno de los elegidos del eterno maestro, para llevar su palabra y renovar nuestra fe.

Las manifestaciones llenas de gratitud que sus amigos más cercanos le tributan en esta hora de imborrables recuerdos  son el mejor tributo de cariño para decirle que le agradecemos todo lo que ha hecho y hace por esta tierra que lleva prendida en el alma.

A pesar de que vivimos la estación de los olvidos, con lo cual se pretende echar una cobija de silencio sobre las obras construidas ayer; a pesar de que se hace todo lo posible y lo imposible, para apagar la música del agradecimiento, quienes creemos en el valor de la persona, los que militamos en la cultura de la gratitud por lo realizado; celebramos jubilosos  este aniversario de lucha, de trabajo y de servicio de este esclarecido sacerdote.

Sorprenden a nuestro hermano JOSÉ LAUREANO BALLESTEROS sus Bodas de Oro Sacerdotales en la paz bucólica del Templo de Cristo Rey. Ningún escenario más adecuado para esta celebración. Ese espacio ha sido púlpito para llevar la buena noticia con la palabra llena de espiritualidad. Su figura modesta y sencilla siempre ha causado grata impresión en los auditorios heterogéneos tanto de los hombres de la universidad, como de los humildes habitantes de estos pueblos de montaña que no olvidan nunca a quien los comprende, les sirve y trabaja a su lado.

Se cumple a la perfección en nuestro hermano JOSÉ LAUREANO BALLESTEROS la  máxima del evangelio: «Hacerse todo a todos para ganarlos a todos». Sus amigos y sus discípulos que sabemos lo que la patria y la iglesia le deben a este peregrino de esperanzas, proclamamos un salmo de gratitud a Dios por la vida de este servidor  Han pasado varias lunas desde que iniciamos un solidario compartir con este sacerdote JOSÉ LAUREANO BALLESTEROS. Cómo no recordar la labor de una persona que ha vivido dignamente y de quien jamás hemos conocido, no porque no los sufriera,  sino porque lo calla con el aplomo de su raza, los dolores de las espinas de la vida que nunca han logrado entristecerlo ni silenciarlo.

Desde que nos encontramos en este lindero de la patria, tan excluido y marginado por el poder central hemos compartido y acompañado muchas de sus iniciativas de servicio. Sus proyectos y sus realizaciones le han devuelto a su acción sacerdotal una vinculación a acciones que para muchos resultaban extrañas porque venían nutridas de desafíos y atrevimientos.

Con el Padre  JOSÉ LAUREANO BALLESTEROS, nos topamos a finales del año 1994 cuando el entonces Obispo Diocesano Marco Tulio Ramírez crea la «PARROQUIA DIVINO MAESTRO» de la U.N.E.T. y lo designa como Primer Párroco de ese proyecto evangelizador que era mucho más que un espacio sagrado en el recinto universitario.

En los días iniciales de cada mes de Diciembre y durante Veintiséis años hemos acompañado al Padre  JOSÉ LAUREANO BALLESTEROS,  en la realización del «BANQUETE DE PAN Y VINO», una iniciativa orientada a apoyar y sostener económicamente la «CASA CLUB DEL ABUELO», hogar que mantiene la «FUNDACIÓN AYUDANDO A VIVIR», para acompañar a las personas mayores que entregaron los mejores años de su vida para servir a la sociedad.    Durante los dos últimos años, bajo la coordinación del Padre  BALLESTEROS,  hemos ofrecido una versión online del «BANQUETE DE PAN Y VINO» y las nuevas tecnologías nos han permitido establecer hermosos lazos de compañía y solidaridad con personas dese diferentes lugares del mundo.

El día miércoles 04 de Abril del año 2001, hace más de dos décadas, junto a este maestro de almas,  organizamos una hermosa y juvenil iniciativa. Ese Miércoles Santo, reunimos a la Pastoral Universitaria de la Universidad Nacional Experimental del Táchira que orientaba el Padre  JOSÉ LAUREANO BALLESTEROS, junto con la Pastoral Universitaria del I.U.T. «REGIÓN LOS ANDES» bajo mi responsabilidad e iniciamos el Primer Via-Crucis público en los alrededores del Velódromo de San Cristóbal. Esa iniciativa ha tenido continuidad en el tiempo y hoy luego de más de veinte años, en cada Semana Santa se repite esta gigantesca manifestación de fe que recorre todas las calles y avenidas de la ciudad capital.

Hemos señalado sólo algunos elementos de la fructífera labor realizada por este sacerdote. Un peregrinaje con la juventud en liceos y Universidades, una activa participación en la prensa escrita donde destacan sus novedosas iniciativas como Director del Diario Católico, una presencia activa y con calidad en Programación de Televisión como «Fiebre del Sábado» o en radio con el Programa «La Hora del Retorno», la puesta en escena de orientadoras producciones teatrales, evangelizando desde los medios de comunicación, con un lenguaje que es una mezcla de voces revueltas de esperanza y donde la «Buena Noticia» es un espacio de milagros verbales para iluminar los portentos de la esperanza que muchas veces no se muestran por esta realidad que está encandilada por el egoísmo.

Para nosotros los Cristianos, los salmos son oraciones surgidas del corazón en momentos culminantes de la vida. Son alabanzas exultantes, llenas de alegría y gratitud. En los Salmos late, una confianza profunda, es la certeza de que son palabras dirigidas a un Dios que las escucha. Hoy juntamos nuestra voz a la del Salmista para decir con el Padre Ballesteros «Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré su fidelidad por todas las edades». Cincuenta años de ministerio sacerdotal imponen el homenaje: El que debemos a Dios que asocia a su siervo a la gloria de sus maravillas; y el que merece el Padre JOSÉ LAUREANO BALLESTEROS  como regalo de la misericordia de Dios.

El recorrido no es sólo una mirada nostálgica hacia el pasado. La fidelidad de Dios nos revela, a los creyentes, los horizontes ilimitados de la eternidad. Entre el recuerdo agradecido y la certeza de la esperanza, se abren cauce, en el presente, la serenidad y la alegría, la íntima experiencia de que lo mejor resta por ser vivido; de que hay un aún, un mañana, un todavía.  Es la hora del reconocimiento a un hombre que ha sido fiel a la palabra, celebramos LA FIESTA DE LA LEALTAD

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