A MEDIA ASTA

Dr. Felipe Guerrero

Hoy todas las banderas de las instituciones universitarias, de los Centros de Ciencia y Tecnología y las banderas del mundo académico deben estar izadas a media asta, porque luego de una fructífera existencia partió a la dimensión de la paz,  el científico, académico e investigador VICTOR RIVERO. Las banderas ondeando a media asta expresan el profundo dolor que le causa a la sociedad venezolana la ausencia de uno de sus hijos predilectos.

La partida de nuestro colega, amigo, denso académico y profundo investigador  constituye una pérdida que lamenta el mundo de la ciencia y la tecnología. Pero el nuestro es un lamento que responde a su ejemplo, a sus virtudes, su condición para expresar tristeza enorme, pero también el deseo de que VICTOR RIVERO siga prodigando su aporte a la Universidad por siempre, como lo han hecho y lo harán siempre los grandes académicos.

VICTOR RIVERO destacó desde su época estudiantil para luego en el ejercicio profesional mostrar sus cualidades en las diferentes tareas de servicio que cumplió. Su criterio equilibrado, su inspiración profundamente universitaria, su amor enorme por los Institutos Universitarios de Tecnología, sus orientadores y consecuentes mensajes, todo colaboro para que hiciera de su papel uno destacado siempre en defensa de los intereses de la educación Tecnológica. Su inspiración fue siempre relevante, siempre necesaria en momentos difíciles en donde contribuyó a aportar ideas para enfrentar situaciones delicadas, apoyado en su gran capacidad para escuchar, lograr acuerdos, crear consensos y, por sobretodo, creer infinitamente en la Educación Universitaria del país.

Damos gracias a Dios de haber tenido la oportunidad de compartir con VICTOR RIVERO en densas jornadas universitarias. Como hijo y discípulo del Doctor Federico Rivero, el padre de la educación tecnológica en Venezuela, siempre mostró su talento y gran disposición para brindar calificadas orientaciones en el proceso de desarrollo de los Institutos Universitarios de Tecnología.

Además de sus dotes de ser humano magnífico y enriquecedor, están también sus cualidades de padre de familia, creador, investigador científico y activo defensor de la Universidad en todos sus campos. Pero más allá, VICTOR RIVERO fue el amigo leal, generoso, cercano y  colaborador.

Venezuela toda le debe tanto al maestro FEDERICO RIVERO y a su hijo  VICTOR RIVERO, que en este momento de recuerdo de los Cincuenta años de existencia del INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGÍA, AGRO-INDUSTRIAL «REGIÓN LOS ANDES» manifestamos nuestra solidaridad con la familia Rivero Palacio,  porque gracias a su aporte ellos le dieron voz a nuestros silencios en el Táchira.

FEDERICO y VICTOR RIVERO trabajaron con las palabras y con las ideas. Les dieron el vuelo necesario, las hicieron subir a las cumbres de la imaginación y nos hizo creer que era posible contar en nuestra tierra con una Institución de Educación Superior.

FEDERICO RIVERO… VICTOR RIVERO: Los vamos a echar de menos, mientras ustedes deambulan por los nuevos orientes, pero desde acá sabremos siempre escuchar sus voces inconfundibles, apreciar sus miradas sinceras, sentir su presencia que seguirá palpitando fuerte y bellamente para todos quienes, hemos abrazado los principios más queridos en defensa del ideal humanista y de la educación.

Ante el nacimiento a la vida eterna de VICTOR RIVERO, hoy las banderas del Tecnológico están  A MEDIA ASTA