ALFREDO… DESCANSA EN PAZ

Dr. Felipe Guerrero

  

Acaba de nacer a la vida eterna nuestro hermano ALFREDO RUIZ. En medio de la inmensa llanura venezolana, ya él vivió su pascua de resurrección porque la muerte no es el extinguir la luz de un ser, sino el apagar una lámpara, porque ha llegado el amanecer». En el misterio de la muerte es Dios mismo quien trasplanta un capullo porque ya dio su flor en el jardín terrenal y ahora pasa a formar parte del hermoso jardín celestial…

En esta hora en la cual ALFREDO RUIZ se viste de ausencia, más que como Cuñado, lo recuerdo como el hermano que me dio la vida, porque como no recordar a una persona que vivió dignamente, actuó con transparencia y rectitud durante su ejercicio profesional y conformó una honorable familia en el estado Guárico.

La persona humana se caracteriza por ser un nómada y un caminante. «El ser humano es un buscador, necesita itinerar, ir siempre más allá del más allá, porque el hombre está hecho de esperanza».

Más que un cuñado ALFREDO era un hermano. Me hubiera gustado que nuestro último intercambio hubiese sido tomando un café y contándonos cómo nos va la vida, pero no ha podido ser, porque su partida fue muy tempranera. En los saludos que intercambiamos en navidad, me comentaba con risa contagiosa sus sueños y proyectos.

ALFREDO siempre fue un llanero lleno de coraje. Siempre fue un luchador. Durante su peregrinaje terrenal le ganó mil y una batallas a todo lo que vida le puso por delante. Me hubiera gustado decirle una vez más todo lo que significaba para mí, para su hermana Yraima y para toda nuestra familia, pero no creo que hiciera falta porque él ya lo sabía. ALFREDO sabía que era muy especial para nosotros.

ALFREDO era un enamorado del llano. Describía los pastizales llaneros con los mismos versos con los cuales los dibujó Augusto Bracca cuando con su inspiración nos dijo:

«Mi llano que lindo es / Yo nunca me voy de aquí / De mi tierra, de mi llano / De mi cielo, en que nací / Sus lagunas y sus ríos / Y mi amor me quiere a mí.

Tengo la luna más linda / Tengo el más radiante sol / Mi llano es un paraíso / No hay otra tierra mejor»

Con el fondo musical del arpa llanera, recuerdo la celebración de la Semana Santa del año 1991. Acompañado de su apreciada esposa Aura, ALFREDO hizo un largo y agotador viaje partiendo de Valle de La Pascua hasta nuestro hogar, para compartir en nuestra tierra, la celebración de la Pascua desde el Domingo de Ramos que en aquel lejano año se celebró el 24 de Marzo hasta el Domingo de Resurrección el día Domingo 31 de Marzo.

Recordamos esa estación porque el Sábado Santo, previo a la fecha del viaje de retorno, nos descubrió que la razón principal de su viaje tenía como propósito organizar un evento que permitiera reunir a toda la familia en un hermoso proyecto que desde entonces identificamos como «ENCUENTROS FAMILIARES».

Ya en el mes de agosto del año 1992, la idea se hizo realidad con la celebración del «PRIMER ENCUENTRO FAMILIAR» y en el «SEGUNDO ENCUENTRO FAMILIAR» nuestro hermano ALFREDO RUIZ se presentó con el «HIMNO DE LOS ENCUENTROS FAMILIARES» cuya letra y música había construido con gran dedicación.

La evolución y desarrollo de estos encuentros representa una hermosa y valiosa historia. Hoy al recordar estos hitos, estamos seguros que ALFREDO RUIZ junto a «Doña Negra», con sus hermanos «María Luisa, Luis Enrique, Roger» y la compañía de los coros celestiales estarán interpretando el «Aquí estamos… Tus hijos, mis hijos, sus hijos / Hermanados por el corazón / Donde una voz muy querida nos grita / Hermandad, hermandad, mucha unión»

En «La Fortaleza» que es nuestra Iglesia doméstica, desde estos linderos de la patria, tan distantes de la llanura venezolana, hacemos vigilia de oración y de esperanza.

Mientras desgranamos Avemarías para que la madre del cielo acompañe a ALFREDO RUIZ en el azul infinito de la paz, oramos para que desde ese espacio interceda por nosotros. Imposible el olvido de unas manos repletas de hermandad.

Orgullosa su familia de haber contado con un esposo ejemplar y un modelo de padre.

Orgullosos los amigos de haber compartido su amistad. Guardamos silencio para el reencuentro en oración. Pedimos a Dios fortaleza para todos sus seres queridos.

Que nuestro silencio sea como un hondo silencio de campanas.

ALFREDO RUIZ ya alcanzó el mirador del medio día. Ya nos llenó de mucha luz, sin sombra. 

Nuestra vida en la tierra es un camino de regreso a Dios. En esta estación tomó el camino de retorno a la casa del Padre nuestro hermano ALFREDO RUIZ

Quienes somos discípulos del Resucitado, recordamos el mensaje del maestro: «Salí del Padre y vine al mundo, de nuevo dejo el mundo y regreso al Padre» (Juan 16,28).

ALFREDO… DESCANSA EN PAZ