«FIDIAS… HASTA LA VISTA»

Dr. Felipe Guerrero

Acaba de nacer a la vida eterna FIDIAS TOVAR, el hermano con quien compartimos hermosas jornadas de formación y de lucha en el hogar de «APROFEP» y en las aulas del viejo Pedagógico de Caracas.

Al conocer su silenciosa partida, tomé  el cántico de Francisco de Asís para decir: «Alabado seas, mi Señor», por regalarnos la vida de personas que han entregado todos sus desvelos por hacer que esta  nuestra casa común sea  también como una hermana, con la cual compartimos la existencia y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos.

Desde la distancia de estas montañas andinas que son el templo de nuestra fe común, en familia desgranamos Avemarías para que la madre del cielo le acompañe en el azul infinito de la paz, también oramos para que desde ese espacio él interceda por nosotros.

Hoy como nunca al recitar la universal plegaria del Padre Nuestro pronunciamos con profunda convicción el versículo que señala: «Señor… Hágase tu voluntad».

Expresamos una enorme tristeza, pero tenemos la certeza que desde la cercanía con el Dios que también es maestro, él seguirá prodigando su aporte a Venezuela, como lo han hecho y lo harán siempre los  grandes hijos de esta tierra.

Hoy FIDIAS TOVAR, zarpó navegando hacia otro destino… A FIDIAS lo vamos a extrañar muchísimo, porque fue un ser humano justo, su mayor activo fue poder caminar con la frente en alto.

Lo vamos a extrañar, porque su morada siempre fue el hogar de todos… A nadie se le pidió un pasaporte para ingresar al patio de su casa, porque en ese hogar nunca se supo ni de himnos, ni de escudos, ni de  clarines, ni de  marchas.

En ese su jardín de tierra generosa, tan sólo nos pidió para sus plantas un poco de paciencia, compañía y la canción alegre de las aguas. Jamás colocó llaves en la puerta, porque ¿Cómo robar a quien no esconde nada?, al fin y al cabo, el cariño, los libros, las historias; no necesitan protección ni guardias.

Ante la partida de FIDIAS TOVAR, bien podemos decir: «Bienaventurados aquellos por quienes lloran las comunidades cuando mueren, porque esas lágrimas de la multitud, que no nacen del vínculo de la carne y de la sangre, ni de la memoria de servicios o gratitudes individuales, son la señal de la misteriosa filiación en que los pueblos se reconocen en sus santos y en sus héroes. Ninguna vida más plena, ninguna muerte más bella, ninguna memoria más perdurable que la de estos Elegidos que viven por los demás y mueren por los demás. Estas palabras parecen excesivas. Y sin embargo, solamente esta luz – la vieja y extraña luz del misterio de la Comunión de los Santos – adquiere significado vital y ecuménico»

El hermano FIDIAS TOVAR, se fue a la patria de la permanente primavera para vivir la Pascua de Resurrección. En este momento menguado, renovamos nuestra esperanza de que FIDIAS TOVAR, «Solo se nos adelantó en el camino pero que sigue viviendo  en los recuerdos llenos de servicio y de generosidad». Conviene recordar a quienes fuimos sus compañeros de peregrinaje «Que el dolor por la ausencia, no nos apague, lo que nos han dejado en el corazón». En este otoño que vive la patria necesitamos continuar «Diciendo si a la vida, a pesar de todo, diciendo si a la vida, de cara al sol…».

En este instante en el cual inicia su peregrinaje por las escuelas del cielo, los amigos y los discípulos de FIDIAS TOVAR, regresamos a la vieja casona de «APROFEP», nos juntamos con Andrés Eloy Blanco y le decimos:

FIDIAS… «Vuelve, que se me olvidó… Que te iba a colgar del cuello… Este escapulario rojo…que me rompe el lado izquierdo.

Quédate un poco más… Márchateme un poco menos… Véteme yendo de modo… Que me parezcas viniendo.

¡Y no me grites adiós!… Ni digas hasta la vuelta… Vete marchando de espaldas… Para creer que regresas.». 

FIDIAS TOVAR, ya alcanzó el mirador del medio día. Descansa en Paz Hermano…

FIDIAS…  ¡HASTA LA VISTA!Previous