«GUARDACANTONES DE LA GRITA»

Dr. Felipe Guerrero

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua el «Guardacantón»  o «Guardaesquina» es un elemento arquitectónico de protección situado en el vértice de las viviendas ubicadas en un cruce de caminos, con el propósito de proteger la edificación del roce de las ruedas de los carruajes.

«El Guardacantón» es un poste pequeño de piedra o hierro, generalmente labrado y ornamentado y eran  piezas incrustadas en las paredes de las casas o de las fincas para salvar las esquinas de los golpes de los carros.

En el argot de la arquitectura «El Guardacantón» fue el nombre aplicado a este  elemento similar a una columna que servía para proteger la esquina de una edificación de los golpes que los carruajes pudieran ocasionar al dar vuelta por una calle.

Recientemente, el paisano Juan Alberto Sánchez nos regaló una interesante crónica sobre «Los Guardacantones», como un acercamiento a  algunos vestigios testimoniales que le quedan a  La Grita de su pasado colonial y que poco a poco van desapareciendo.

Juan Alberto «sabe retratar y retrata muy bien la realidad». Con sus imágenes aparece  como el mejor narrador de los tiempos pasados de nuestra aldea para que ella también cuente, a su manera, sus tiempos pretéritos de forma muy evidente.

En esta hora que vivimos, reencontrar «Los Guardacantones de La Grita», nos obliga a ser rastreadores  de huellas en la búsqueda de nuestras raíces,  recorriendo los caminos de la memoria.

Estamos obligados a hacer un ejercicio de la remembranza o de la evocación de los habitantes de esta tierra, acostumbrados a tratar con cariño y respeto a las personas, haciendo de la cordialidad la base de toda relación humana. Nacimos y crecimos en La Grita, en donde los paisanos fueron capaces de crear y desarrollar un ambiente de cordialidad y seguridad fundado en el respeto mutuo, que siempre nos ha permitido reconocer las características y virtudes de los demás.

Mientras los «Guardacantones» como elementos arquitectónicos protegían los vértices de las viviendas localizadas en las esquinas de La Grita, para evitar el deterioro producto del roce de las ruedas de los carruajes; así también una sobria y solemne educación en valores del humanismo, cultivada desde nuestros hogares y nuestras escuelas, servia de custodia, defensa, garantía, cuidado y abrigo para una formación en solidaridad y servicio.

Esa formación ética ha representado «Los Guardacantones» de esta comunidad que nos ha enseñado las mejores expresiones de la dicha y la ventura; porque la satisfacción se  va ejercitando  día a día. No nacemos con una etiqueta de felicidad o de infelicidad, sino que vamos cultivando poco a poco, vamos descubriendo las vetas de la dicha, escondidas en los rincones de nuestro ser.

En esta hora re4sulta obligante cuidar «Los Guardacantones Éticos» para que las nuevas generaciones sigan desarrollando una posición de respeto, de ayuda, de aceptar la autonomía de cada ser humano y el derecho a ser diferente.

Solo deseamos que «Los Guardacantones Físicos» y  «Los Guardacantones Éticos» sigan siendo, en este momento, guardianes protectores de nuestra identidad,  aparte de ser memoria de un tiempo pretérito o de recuerdos reconvertidos en relatos donde la memoria y la ficción se aúnan en un discurso, pero  que nos deja con ganas de retornar a esos instantes que hemos vivido y que conservamos gracias a la pincelada de un genial  fotógrafo que sabe retratar y recrear la vida cotidiana. Una vida anclada ya en los afectos familiares o en las historias personales.

Que los hijos de La Grita sigan cultivando la felicidad cada día, paso a paso en medio de contratiempos, luchas y temores; pero siempre regalando una sonrisa, brindando un gesto o acariciando con una palabra.

Las lecciones de los habitantes de La Grita serán siempre lámparas votivas en el altar de la patria para la preservación de los valores y un faro luminoso de alerta frente a la deshumanización.

Vamos a conservar nuestros «Guardacantones». Con ellos y a través de ellos nos conocemos mejor. Con ellos y a través de ellos sabemos lo que somos para seguir construyendo con reciedumbre rocosa la patria grande.