.Acaba de nacer a la vida eterna nuestra hermana ANITA ANDRADE DE NIÑO, quien siempre estará presente en la memoria de cada uno de los asiduos asistentes al Templo de Domingo de Guzmán. Ese espacio fue el lugar escogido por ella, para servir con total entrega y generosidad. Fue una de las activas iniciadores del Ropero Parroquial, fue la Catequista orientadora no solo en la formación de los niños, sino en la educación religiosa de todas las familias, actuó con enorme responsabilidad en el ministerio extraordinario de la comunión, permanentemente fue la voz activa del Coro parroquial y en todo momento estaba dispuesta a colaborar en las más variadas tareas.
Para ANITA ANDRADE DE NIÑO, servir fue la guia orientadora de su vida. Su vocación de servicio no buscaba el egoísta protagonismo, ni la alabanza que conduce al aplauso. Era una generosa renuncia a esas expresiones de felicitación y cumplidos. Ella al colocar su vida al servicio de Dios y de los hermanos, le encontraba el verdadero sentido a la existencia. Para ANITA ANDRADE DE NIÑO, cargar la cruz no era una imposición, sino una decisión voluntaria que representaba negarse a si misma en pro del bienestar de otros y la difusión del evangelio. Ella como ningún otro entendió la lección del Maestro: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y que me síga» (Mateo 16, 24).
Los Wayû dicen que se muere tres veces:
Se muere en la tierra, se muere en Jepirra que es el lugar a donde van los espíritus antes de partir a las estrellas y se muere en la memoria de las personas.
Acaba de nacer a la vida eterna ANITA ANDRADE DE NIÑO, ella no morirá, pues siempre estará viva en la memoria de cada uno de los habitantes de esta tierra a quien ella sirvió con tanta generosidad. Ella no morirá porque siempre la recordaremos
Cuando supimos que ANITA ANDRADE DE NIÑO había partido a la patria de la eterna primavera, sentimos que habíamos perdido a una de las mujeres que siempre brindó un auténtico testimonio cristiano. ANITA ANDRADE DE NIÑO fue un alma bella que dedicó su existencia a servir.
El Dios del servicio la convocó para ampliar los coros celestiales. Se nos adelantó ANITA ANDRADE DE NIÑO y desde el paraíso celestial continuará acompañando nuestro peregrinaje.
GRACIAS SEÑOR… Por tanta vida recibida y por tanta vida entregada con alegría.
Hoy, damos gracias al Dios de la vida por la valiosa existencia de ANITA ANDRADE DE NIÑO
Damos gracias a Dios por esta maestra de la esperanza compartida, la maestra de la larga vida con frescura, con vitalidad, con fraternidad, con ganas de repartir esperanzas y retos, con fuerza recogida de los más humildes.
El cantautor Silvio Rodríguez dijo: «Si uno fuera a llorar cuando termina, no alcanzarán las lagrimas a tanto, nuestras horas de amor así vividas, es mejor despedirlas con un canto…».
Elevamos un canto de gratitud a la vida…
GRACIAS SEÑOR… Por tanta vida recibida y por tanta vida entregada con alegría.
Con ocasión de los funerales de la querida maestra Gabriela Mistral, dijo Radomiro Tomic: «Bienaventurados aquellos por quienes lloran los pobres cuando mueren, porque estas lágrimas de la multitud, que no nacen del vínculo de la carne y de la sangre, ni de la memoria de servicios o gratitudes individuales, son la señal d la misteriosa filiación en que los pueblos ser reconocen en sus santos y en sus héroes. Ninguna vida más plena, ninguna muerte más bella, ninguna memoria más perdurable que la de estos Elegidos».
¿Por Quién?. Para vivir por los demás o para morir por los demás . Parecen éstas, palabras excesivas. Y sin embargo, solamente esta luz –la vieja y extraña luz del misterio de la Comunión de los Santos, adquiere significado vital y ecuménico, al despedir a ANITA ANDRADE DE NIÑO.
Su partida representa una señalada visita de Dios a esta tierra. Como los santos, como los héroes, vivió por otros, sufrió por otros, murió por otros. Porque así fue, ANITA ANDRADE DE NIÑO vivirá eternamente.
Roberto Esteban Avendaño.