BLAS FERNÁNDEZ, un apóstol de la educación y un abanderado de las innovaciones tecnológicas, acaba de nacer a la vida eterna. Se marchó BLAS FERNÁNDEZ a rendirle cuentas al creador con una vida colmada de buenas acciones.
BLAS FERNÁNDEZ partió hacia nuevos horizontes, dejando tras de sí en el mundo académico universitario una estela de realizaciones, todas de un valor admirable. Esta es una de profundos agradecimientos para la comunidad científica, de manera particular para la gran familia del INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGÍA, AGRO-INDUSTRIAL «REGIÓN LOS ANDES». Todos quienes compartimos su trabajo, su esfuerzo y sus luchas, todos a una voz le decimos: Adelante BLAS FERNÁNDEZ, misión cumplida, hay nuevas estrellas en la inmensidad.
Hoy tan solo es un «Hasta pronto», pues las personas a quienes apreciamos no nos dejan, las despedimos con un «Hasta luego», pues son siempre de casa y a esa vieja casona se regresa cuando menos se espera.
Este es un momento para agradecer a BLAS FERNÁNDEZ todo cuanto aportó para hacer del INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGÍA, AGRO-INDUSTRIAL «REGIÓN LOS ANDES», la gran Universidad Popular del Táchira; pero hoy, por sobre todo, quisiéramos agradecerle a Dios, porque ha sido su voluntad la que permitió que BLAS FERNÁNDEZ participara activamente en el quehacer y crecimiento de esta universidad y así contribuir, a la formación y desarrollo de la patria nueva. También fue la voluntad divina la que quiso que nos tocara vivir en un período de revoluciones y renovaciones fascinantes en el campo de la ciencia y la tecnología, lo que permitió ampliar los horizontes de la humanidad.
BLAS FERNÁNDEZ no sólo participó de esa época dorada del Tecnológico, sino que se convirtió en uno de los grandes impulsores y motivadores para que todos quienes compartíamos esos escenarios, viviéramos un proceso de formación permanente que nos motivaba a todos a la renovación permanente. Era un promotor para que todos desarrolláramos una ascesis académica, entendida como una permanente ejercitación, lo cual conlleva renuncia, sacrificio y austeridad. Es dejar algo para lograr una meta, es renunciar a algo para adquirir algo mucho mejor. No es posible lograr una medalla olímpica sin una rigurosa disciplina y ascética. No se triunfa en música sin una constante práctica y ascética. Aplicada a nuestra labor universitaria, BLAS FERNÄNDEZ se refería a esa dedicación no exenta de fatiga que conlleva el trabajo intelectual y esa constancia constituye la base de la austeridad de vida propia de todo investigador en quien el amor por la ciencia y el hacer avanzar el conocimiento, lo llevan a sacrificar todo en aras de la consecución de los objetivos que se ha propuesto.
Hoy después de muchas lunas puedo afirmar que la labor de aquellos quijotes, entre los que se cuenta a BLAS FERNÁNDEZ no cayó en surco infértil. En la vieja casona del INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGÍA, AGRO-INDUSTRIAL «REGIÓN LOS ANDES», hubo maestros como BLAS FERNÁNDEZ que no araron en el mar ya que su tarea fue de un gran apostolado, dando con su ejemplo pletórico de honradez, de honestidad y con una fe de carbonero, la mejor demostración de que cuando se quiere se puede.
BLAS FERNÁNDEZ sirvió mucho a Venezuela y sigue sirviendo, porque en la distancia de su ausencia y en la cercanía de su recuerdo siempre vivo, nos reafirma la convicción de que el trabajo honesto y la lealtad son los valores cuya vigencia es imprescindible para el logro de los grandes objetivos. ¡ADELANTE BLAS FERNÁNDEZ: MISIÓN CUMPLIDA!