GRACIAS… DE CORAZÓN  

Dr. Felipe Guerrero

A La Grita la amo con toda la ternura. Cuando me acerco a ese paraíso de montañas, noto que el corazón acelera sus latidos, lo que me lleva a confundir el azahar y la azucena con el bulliciosa amistad de muchos paisanos que han peregrinado  a mi lado con discreta mansedumbre, semejante a la suavidad de las brisas parameras.

Siendo muy pequeño, en esa hermosa comarca de  La Grita, mi «Nona Margarita» decía: «Me gusta abrazar con el corazón porque el corazón llega donde mis brazos no pueden» y es que la querida abuela a pesar de ser analfabeta,  intuía de una manera muy íntima que «el corazón humano es un instrumento de muchas cuerdas y que el perfecto conocedor de las personas las sabe hacer vibrar todas».

Otra forma muy distinta de conocer el corazón es la que poseen los Médicos Cardiólogos.  Estos brillantes profesionales saben que el corazón humano tiene la potencialidad de bombear para siempre la sangre vital. En varias oportunidades acompañamos a nuestra madre al consultorio de un eminente Cardiólogo, el Doctor Ricardo Méndez Moreno. ¡Qué alegradora experiencia, cuando luego de realizarle variados exámenes, le dijo que su corazón estaba en excelentes condiciones!. El paisano cardiólogo le aseguró que el peligro de un paro cardíaco era remoto y que tenia brillantes perspectivas de vivir largo tiempo, profecía que se cumplió a cabalidad, pues mi madre peregrinó por la tierra durante ciento tres años.

En el corazón se inspiran los poetas para hablar de amor y de ternura, de generosidad y de compasión. El corazón  es el proveedor de la primera clave musical de nuestro cuerpo y de nuestra conciencia, pero además el corazón nos dice con su incesante palpitación que uno de los secretos de la vida, es el movimiento y el ritmo, por eso afirma el libro de los Proverbios que «El corazón alegre hermosea el rostro, pero el dolor del corazón abate el espíritu» (Proverbios15, 13). 

El paisano Ricardo Méndez Moreno realizó sus estudios de medicina en la Universidad Central de Venezuela y su especialización en Cirugía Cardíaca en prestigiosas instituciones universitarias de Brasil, Inglaterra y los Estados Unidos; pero al lado de la formación y ejercicio de la Cardiología se adentró en el conocimiento de este órgano vital y por eso desde su primera publicación se acerca al corazón desde la óptica de un escritor que sabe describir paisajes, pero que además describe hermosamente las sensaciones que nuestro medio produce en una persona y con una sabrosa crónica reconstruye el ayer de La Grita y de este Táchira lindero de la patria grande.

Este sábado Ocho de Octubre nos reuniremos en torno al fogón de la Peña Literaria «Manuel Felipe Rugeles» ubicado en el Tenis Club de San Cristóbal, para en un abrazo cálido de la palabra bautizar «El Sol de los Venados», la más reciente publicación del médico y paisano Ricardo Méndez Moreno.

Con esta obra, el autor por medio de textos escritos en un lenguaje directo, nos vincula con una visión subjetiva de las vivencias y motivos que configuran su mensaje poético. En «El Sol de los Venados», no aparecen nuevas interpretaciones de la realidad, sino la visión profunda  expresada de un modo sencillo y directo. Es la existencia y la  materialidad con las que ha venido trabajando el cardiólogo y surgen aquí para exponer las emociones que penetran el corazón. Son las Palabras que recrean los signos evocadores de la historia del hablante, su realidad circundante y la cosmovisión  de su ininterrumpida trayectoria creadora.

Lo que nos muestra este libro es una conciencia de la vida en la revelación que trasciende lo cotidiano, para que el lenguaje le otorgue un sentido visual, un contexto compartido, y un conocimiento sostenido. Definitivamente,  en «El Sol de los Venados», los dibujos los sentimos como nuestros, por eso la obra desde  el comienzo encumbra el corazón.

Vamos a acompañar al paisano Ricardo Méndez Moreno, pues su obra como un relámpago asalta la memoria agradecida por tantas causas de solidaridad en las que se ha ganado el cariño y el reconocimiento.

Gracias al Doctor Ricardo Méndez Moreno por enseñarnos a tejer el manto  fino y exquisito del orgullo venezolano. En esta hora y con este testimonio, bien vale la pena refugiarnos  en la mirada amable de esos  extraordinarios maestros que nos educaron, en las inolvidables sonrisas solidarias, en la paz de su caminar desmenuzando sombras,  en la calma ancestral de sus orientaciones, en la campana terca y repicante de sus consejos y en las flores de aquellos jardines que nunca se marchitan.

Con el poeta podemos decir que «El  corazón es una riqueza que no se vende ni se compra, pero que se regala».

Gracias al Doctor Ricardo Méndez Moreno por regalarnos «El Sol de los Venados».

GRACIAS… DE CORAZÓN