Me he quedado sin palabras y puedo asegurar que mis ojos se han empañado. En esta fecha, asistimos a la celebración de la Fiesta de María de Coromoto, la madre de todos los venezolanos.
Fue una hermosa celebración sobre la permanente compañía de nuestra madre del cielo para la liberación integral de los pobres y oprimidos hijos de esta tierra y en la justa búsqueda de su dignidad, de sus derechos y de su libertad.
Mientras cantábamos «Salve, aurora jubilosa / de una patria soberana; / que te bendice y te aclama/ con sus historias gloriosas», nos comunicaron el nacimiento a la vida eterna de Doña CHEPA DE RAVELO
Han pasado muchas lunas desde que le conocimos por sus permanentes preocupaciones y sus invalorables servicios a favor de la comunidad. Cómo no agradecer y recordar a una persona que peregrinó dignamente con un permanente testimonio de vida cristiana
La primera imagen que guardamos de Doña CHEPA DE RAVELO es la de la señora elegante, con esos atributos que se derivan del buen gusto, de lo agradable, de lo armónico y delicado. Esa elegancia que según los orientales es «fluidez y espontaneidad».
La sencillez fue una constante en su vida. Nunca le vimos luciendo nada que no fuera adecuado; ella sabía que el secreto de la verdadera elegancia reside en la sencillez.
Cuando el Táchira disfrutaba de otras estaciones y la espiritualidad de este pueblo era su primavera, encontramos a Doña CHEPA DE RAVELO integrando junto a un calificado grupo de damas de esta sociedad una fundación para recolectar fondos que cada año eran aportados para la formación de nuevos evangelizadores. En ese entonces Doña CHEPA DE RAVELO trabajaba incansablemente para que los laicos fueran protagonistas activos de la evangelización y participaran del compromiso misionero.
Doña CHEPA DE RAVELO siempre sostuvo el criterio de que «Todo lo importante solo se consigue lentamente, con una férrea voluntad y con gran persistencia».
Con esta visión se vinculó estrechamente a la acción generosa de la «FUNDACIÓN AYUDANDO A VIVIR» de la cual es su Presidenta, dedicó sus mejores esfuerzos para promover cada año el «BANQUETE DEL PAN Y EL VINO» y la «CASA CLUB DEL ABUELO» que representa una de las muchas materializaciones en favor de los más pobres y abandonados.
Cuando obras como estas se construyen con una monumental esperanza, con una férrea voluntad y con gran persistencia, ellas perduran tanto que ni tiempos ni distancias pueden destruirlas.
Todas las jornadas de trabajo se realizaban en su hogar. Doña CHEPA DE RAVELO hizo de su casa un refugio para el trabajo y la armonía. Entrar en ella era ingresar a un lugar cálido, donde el orden y la limpieza ofrecían un espacio para la calma. Todo permanecía quieto, no porque fuera de esas casas aristocráticas donde nadie ingresa. Nada de eso. La vida se agitaba en cada rincón, los muebles recibían generosos a las visitas, las paredes mostraban desprendidas la armonía de sus cuadros.
Cada cierto tiempo, la tranquilidad del ambiente era inundada por un coro de voces frescas de hombres y mujeres de la «FUNDACIÓN AYUDANDO A VIVIR». Era la hermosa conjugación de jóvenes y mayores que a pesar de sus esfuerzos no habían perdido, en los laberintos del tiempo, su esencia lúdica. En esas jornadas de trabajo, la mesa familiar relucía y se colmaba del aromático café, todo cargado de cordialidad.
¿Cómo olvidar el buen corazón con el que siempre trató a todos quienes visitábamos su hogar?
Hoy, en el Día de María de Coromoto, Doña CHEPA DE RAVELO se marchó a la patria de la eterna primavera. En el otoño de este año que es también el otoño de nuestras vidas, solo nos quedan las flores perennes de su recuerdo.
Como un relámpago asalta la memoria agradecida por tantas causas de solidaridad en las que se ganó el cariño y el reconocimiento.
Doña CHEPA: Cuando cerraste tan calladamente las luminosas ventanas de tus ojos, un silencio sin forma y sin sentido nos arrancó todas las sonrisas hasta el alma.
Te marchaste pero no se apagó aquella luz que desde tu hogar encendimos para marchar sin miedo iluminando los caminos de los humildes de esta tierra. Mientras tú vuelas por el azul infinito de los cielos, nosotros seguimos peregrinando, inventando senderos y esquivando derrotas.
Doña CHEPA: Tu voz frente a la nuestra termina en salmo agradecido al Dios de la vida por tu existencia y por tu amistad.
Ahora se deshacen las manos en agitado movimiento. Adioses que quedan flotando en el aire como mariposas en recuerdo de nuestra hermana Doña CHEPA DE RAVELO.
Se fue Doña CHEPA DE RAVELO a llevarle rosas blancas y sin espinas a la madre sin mancha, a María de Coromoto.
A la hora de su partida, me refugio en su mirada amable, en su sonrisa solidaria, en la paz de su andar desmenuzando sombras, en la calma ancestral de su hogar, en la Iglesia de su fe, en su campana de eterno repicar, en sus flores que nunca se marchitan, en el jardín hermoso al que la fatiga jamás pudo arrebatarle sus colores, en sus tiempos de lucha… Me refugio en su voz, en su orden, en su disciplina.
Hoy se fue Doña CHEPA DE RAVELO: UNA SEMBRADORA DE ESPERANZAS.
Luis Herrera