AUSENTES EN NAVIDAD

Dr. Felipe Guerrero

¡Llegó Navidad…! Nuevamente arribamos a tan entrañables y familiares fiestas. En este tiempo nuestros hogares se llenan de luz y color, un árbol preside la decoración de la sala, en la puerta principal colocamos una evocadora guirnalda de luces, dedicamos el tiempo necesario para confeccionar el Portal de Belén  a fin de recordar que en una estación como ésta el Dios creador decidió nacer en una humilde pesebrera.

Al pensar  en estos festejos, se amontonan apiñadas  palabras y sentimientos. Se multiplica las imágenes típicas como familia, amor, villancicos, el encuentro en torno a una mesa, los abrazos, las caras de llenas de ilusión de los pequeños. Al llegar esta Navidad, siento y pienso en cosas como nostalgia, recuerdos, ausencias… En este Diciembre, ¡Cuánto extrañamos a tantos seres queridos ausentes…!. Cuanta soledad y obviamente, también cuanta tristeza.

Hermosamente lo dijo nuestra amiga poetisa: «Las sillas vacías… La casa con sus espacios poblados de ausencias y  persistentes recuerdos engazados en la noche que se prenden y apagan cual sí fuesen luces navideñas de un árbol donde termina pensando el corazón y no hay engaño que resista. Es la realidad del tiempo inexorable. En esta Noche Buena, cuando llegue medianoche no habrá quienes llamen a la puerta y entren a ocupar su lugar en las vacías sillas. Apenas afuera estallarán estrellas y truenos artificiales».

Se afirma que «La Navidad es la sonrisa del invierno. Pero también es la crucifixión del frío para los sin techo, para quienes son huérfanos con padres vivos y para los otros huérfanos que vieron volar a sus padres hacia la patria azul del cielo.

Con sobrada razón. la escritora Erma Bombeck decía que «No hay nada más triste en este mundo que despertarse la mañana de Navidad y no ser niño», porque esta época está marcada por intensas paradojas que generan emociones contradictorias.

¿De dónde saldrían alientos para desearse una Feliz Navidad cuando hay notables ausencias que provocan un vacío inmenso en sus familias?.  Y… es normal que esta noche con la triste soledad del alma, todo sea sombra y nada más que la sombra de la negra ausencia.

Una nueva realidad ha cambiado radicalmente el significado de las celebraciones decembrinas…

Para los venezolanos, al flagelo que vive la patria se le suma la terrible epidemia que vive la humanidad y en consecuencia, esta será una celebración diferente. Será un homenaje al recuerdo de esos seres queridos ausentes.

Extendemos nuestro abrazo solidario a todas aquellas personas que en esta navidad soportarán el frio de las grandes ausencias. No todos vivirán la experiencia de compartir una cena en torno a una mesa, rodeados de personas queridas y del calor de hogar. No todos recibirán un presente en nuestras casas adornadas con motivos navideños. No todos tenemos la certeza de que nuestros hijos abrirán con ilusión su regalo al filo de la medianoche.

En estas festividades le pido al niño que nació en una pesebrera por todos aquellos que no tienen la fortuna de pasar esta Navidad con su familia o que por alguna razón sienten una nostalgia o tristeza profunda en estas horas.

Y en la Nochebuena, en su misterio profundo, la sombra de los ausentes amados se mitiga mirando al firmamento para que vuelva a resonar en el alma el deseo de paz en la tierra y gloria en el cielo para los que nos dejaron y para tantos de nuestros hijos que por razones de trabajo viven en otros espacios geográficos,  no estarán físicamente y no se sentaran en nuestra mesa.

Con los presentes y con los ausentes rescatamos los grandes desafíos que compartimos, las múltiples sonrisas acumuladas, las muchas lágrimas vertidas en el mismo pañuelo, los innumerables sueños realizados. Esta navidad es un momento de vacío y, a la vez, alborozo interior, cuando susurra como una leve brisa, en lo más profundo de nuestro ser los hermosos momentos compartidos.

Vamos a luchar para que en esta Navidad la soledad no nos gane la batalla. En esta fecha vuelven los ausentes a sacarnos nuevas sonrisas en los momentos más difíciles, vuelven a alentar nuestra fe que hoy se mantiene viva gracias a su testimonio, porque los ausentes nos enseñaron a transitar el camino de la esperanza… 

En esta navidad volvemos a creer en los sueños realizados y vamos a aprender, aún con más firmeza, que no hay nada imposible en esta vida. En estas celebraciones, nos acompañan los AUSENTES EN NAVIDAD