«Esta es nuestra madre tierra, capaz de los más increíbles milagros. Este suelo es el escenario del más grande de todos los milagros: El milagro de la vida». Así hablaba el Ingeniero LUIS ENRIQUE MOGOLLÓN en una de las tantas jornadas que compartimos diferentes escenarios de esta nuestra aldea.
En esta hora, cuando acaba de nacer a la vida eterna el Ingeniero LUIS ENRIQUE MOGOLLÓN, puedo tomar el cántico de Francisco de Asís para decir: « Alabado seas, mi Señor », por regalarnos la vida de personas que han entregado todos sus desvelos por hacer que esta nuestra casa común sea también como una hermana, con la cual compartimos la existencia y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos.
Con el Ingeniero LUIS ENRIQUE MOGOLLÓN compartimos vigilias de amistad en diferentes escenarios y hoy en el templo de nuestra fe común mientras desgranamos Avemarías para que la madre del cielo le acompañe en el azul infinito de la paz, también oramos para que desde ese espacio él interceda por nosotros.
En la universal plegaria del Padre Nuestro pronunciamos con profunda convicción el versículo que señala: «Señor… Hágase tu voluntad».
Imposible el olvido de unas manos repletas de generosidad.
Un orgullo para su familia que durante su peregrinaje terrenal contó con un hijo, un hermano, un esposo ejemplar y un modelo de padre.
Orgullosos los amigos de haber compartido su amistad. Guardamos silencio para el reencuentro en oración. Pedimos a Dios fortaleza para todos sus seres queridos.
Que nuestro silencio sea como un hondo silencio de campanas.
LUIS ENRIQUE MOGOLLÓN ya alcanzó el mirador del medio día. Ya nos llenó de mucha luz, sin sombra.
Quienes tuvimos la satisfacción y el honor de compartir el Ingeniero LUIS ENRIQUE MOGOLLÓN su cosmovisión cristiana de la persona, su lucha inclaudicable por la libertad, su indoblegable militancia por la democracia y sus infinitas jornadas de trabajo para impulsar iniciativas de progreso y desarrollo de esta tierra como proyección de la patria grande, coincidimos en caracterizarlo como un gran constructor, un dirigente que tenía la capacidad de articular voluntades y ponerlas en acción. Conversador culto, brillante y persuasivo, LUIS ENRIQUE MOGOLLÓN conjugaba la profundidad de su análisis y los fundamentos rigurosos con la explicación clara, sencilla y contundente. Esta cualidad del líder que conduce a partir del consenso y la lealtad, se combinaba en LUIS ENRIQUE MOGOLLÓN con otro atributo clave: El saber escuchar. Siempre escuchaba a sus interlocutores con todos los sentidos, de un modo sincero y auténtico, trasmitiendo la seguridad y la confianza de que en esos intentos de diálogo no había nada más importante. Esto habla del respeto profundo que predicaba y practicaba nuestro recordado dirigente. Austero y coherente, pertenece a ese valioso grupo de paisanos que a lo largo de su fecunda existencia han portado el sello indiscutible de su capacidad creadora, de su firmeza en los principios y de la necesaria flexibilidad para enhebrar vínculos con infinidad de organizaciones, movimientos sociales, políticos y culturales, así como con figuras destacadas de nuestro pueblo, quienes más allá de los consensos o las diferencias, siempre han valorado la personalidad sobresaliente del Ingeniero LUIS ENRIQUE MOGOLLÓN.
Despedimos a LUIS ENRIQUE MOGOLLÓN, con las expresiones de Pedro Casaldáliga y le decimos que los Tachirenses, «Desde nuestras pacíficas militantes trincheras, seguiremos unidos, en la pasión y en el servicio de esa otra humanidad, de ese universo vulnerado y hermoso… Para los Tachirenses, en esta hora, ni Dios se arrepiente de su Creación, ni ha fracasado la Historia humana. La Romería continúa. Continuamos con un abrazo de esperanza». Se marchó un hombre que fue LUZ SIN SOMBRA